lunes, 21 de febrero de 2011

El invernáculo y su importancia


Sirve para crear unas condiciones de calor y humedad ideales para el cultivo de ciertas plantas, que necesitan unas circunstacias climaticas que no se dan fuera del invernadero.
Puede ser por ejemplo para tener plantas tropicales o subtropicales en zonas frías, o para proteger los cultivos de los meses de más frío, permitiendo un mayor rendimiento de los mismos.
Plantamos en el invernáculo lechugas y comprobamos que con calor y humedad crecen más rapido que en el exterior, lo mismo ocurrió con los tomates, por que dan fruto durante más
tiempo y también con los almácigos, pues para que las semillas germinen el calor es ideal.
Un invernadero (o invernáculo) es una construcción de vidrio o plástico -nylon- en la que se cultivan plantas, a mayor temperatura que en el exterior. En la jardinería antigua española, el
invernadero se llamaba estufa fría.

Aprovecha el efecto producido por la radiación solar que, al atravesar un vidrio, nylon u otro material traslúcido, calienta los objetos que hay detrás; estos, a su vez, emiten radiación con una longitud de onda mayor que la solar (radiación infrarroja). El nylon usado para un invernadero trabaja

como medio selectivo de la transmisión para diversas frecuencias espectrales, y su efecto es atrapar energía dentro del invernadero, que calienta el ambiente interior.

Esto puede ser demostrado abriendo una ventana pequeña cerca del techo de un invernadero: la temperatura cae considerablemente. Este principio es la base del sistema de enfriamiento automático autoventilación.
El tomate es uno de las principales especies hortícolas sembradas bajo cubierta de nuestro país. En la zona sur se ha difundido el cultivo de la lechuga bajo invernáculo en el invierno, complementando el uso que se le da a los mismos con otros cultivos. En la zona norte el segundo cultivo en orden de importancia es el morrón. Por su parte, dependiendo del tipo de tomate sembrado algunos productores incorporan en la rotación de los invernáculos el cultivo del zapallito y el melón. En la última década existían más de mil hectáreas de cultivos bajo cubierta. La actividad puede ser de utilidad para comparar las distintas formas de producción existentes en nuestro país determinando las características de cada uno.

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