lunes, 29 de octubre de 2012

Ataque cerebro vascular


LETICIA COSTA DELGADO

Si usted está reunido con 6 personas, hay una de ellas que sufrirá un ataque cerebrovascular en su vida. Una arteria del cerebro se romperá o será obstruida y tiene un 50% de probabilidades de dejarle secuelas. La buena noticia es que puede evitarlo.
Hospital de Clínicas. Piso 8. Camas dispuestas de dos en dos con una cortina gris que oficia de puerta. Gabriela charla con otro paciente y se incorpora de golpe para recibir a las visitas.

El estereotipo de la mujer desvalida, en camisón, viendo la vida pasar a su lado no le sienta bien. "Hola querida", "hola m`hijo", dice saludando con un beso a los recién llegados. "Ellos son los que la querían entrevistar", anuncia Claudia Camejo, coordinadora de la Unidad de Ataque Cerebrovascular que funciona en el piso 2.

"Ah, bárbaro", responde sonriendo y sale caminando hacia la sala donde compartirá su experiencia. La aclaración de que sale caminando no sería necesaria si esta mujer serena, cuya estatura no alcanza el metro sesenta, no hubiera llegado a la emergencia hace solo 30 días sin poder mover sus piernas.


"Me afectó las dos piernas y el brazo. Estaba desayunando y se me caía todo de la boca. Ahí dije `tá, otra vez` y enseguidita salí para la emergencia", cuenta con calma rememorando el quinto ataque cerebrovascular (ACV) de su vida.

Un ACV se produce cuando el flujo de sangre hacia una parte del cerebro se detiene. Esto puede suceder por dos causas: porque una arteria se obstruya (infarto cerebral) o porque se rompa (hemorragia). A Graciela le han dado de los dos tipos.
El primero la sorprendió mientras dormía, hace 23 años. "Empecé a sentir mucho dolor de cabeza, se me desvió la cara y perdí la fuerza de la pierna y el brazo derecho", recuerda. Por entonces tenía 30 años y vivía con su esposo y sus dos hijos. No tenía idea de qué le pasaba.

Para que no haya personas que no puedan identificar los síntomas o desconozcan cómo prevenirlo es que mañana se conmemora en todo el mundo el Día Mundial de Prevención del Ataque Cerebral.

Durante los 15 minutos que duró la charla con Graciela, 150 personas murieron por ACV en el mundo. De forma silenciosa, subestimado por muchos y sin que gran parte de la población lo vea realmente como un problema, los ACV se cobran una vida cada seis segundos.



Las estadísticas son la foto instantánea de una realidad cruel en sí misma. Una de cada seis personas tienen un ACV a lo largo de la vida. "Es decir", ilustra Claudia Camejo, profesora adjunta de Neurología, "si estamos en una reunión y habemos seis personas, uno de nosotros va a tener un ACV".

Pero si la realidad internacional resulta lejana los datos nacionales también son ilustrativos. Al término del día de hoy ocho uruguayos habrán perdido la vida por un ataque de este tipo. En un año, según datos de la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular, hay 2.863 muertes por ACV. Ocho cada 24 horas.

Casi tan serio como la muerte es la cantidad y la variedad de secuelas que quedan en el cuerpo del paciente. El brazo dormido dentro del cabestrillo de Gabriela es una marca gravada a fuego después de su tercer ACV.

"Pero se va a mover", aclara acariciándose la mano con ternura. Para lograrlo, va día tras día a la fisioterapia del hospital. "Porque yo quiero salir, no me entrego ante nada. Salgo y salgo y gracias a Dios estoy acá para contarlo", dice con mucha seguridad.

Más de la mitad de las personas que sufren ACV quedan con secuelas. Dónde y cuán invalidantes sean dependerá de la zona afectada por el ataque, el tiempo que se demore en atenderlo y las características personales del paciente.

"FAST". Consultada sobre cuáles son los síntomas más frecuentes y cómo identificar el inicio de un ACV, Laura Fojgiel, secretaria de la Sociedad de Neurología del Uruguay, explicó que en los países de habla inglesa se habla de "FAST".

La letra "F" por face, (cara), porque los ataques pueden manifestarse por la desviación de los rasgos. La "A" por arm (brazo), en relación a la debilidad que aparece en los miembros si se afecta una zona del cerebro vinculada al movimiento y el dominio del cuerpo.

La "S" es por speach (discurso), por los trastornos del lenguaje. Algunas personas lo expresan hablando con dificultades, articulando mal, sin lograr que se les entienda, o intentando hablar sin poder lograrlo. La "T" es de time (tiempo).

"Time is brain", agrega Camejo, y explica que efectivamente "el tiempo es cerebro". Si una persona siente uno de estos síntomas y tiene factores de riesgo (hipertensión, diabetes, tabaquismo, alcoholismo, arritmia, obesidad, consumo de drogas) tiene que recurrir a una emergencia lo antes que pueda.

Algunos tratamientos no se pueden realizar si pasaron las cuatro horas de producido el accidente. Además, los síntomas son iguales para los dos tipos de ACV que existen (ver infografía). Llegar en el menor tiempo a un centro de salud hará que la tomografía se haga lo antes posible, se identifique el problema y se tomen medidas para evitar complicaciones y atender las lesiones.

"Un paciente pierde aproximadamente dos millones de neuronas cada minuto en una zona isquémica (con menor flujo sanguíneo); 20 millones cada 10 minutos", explica Camejo. Y como si fuera un árbol con pequeñas ramas, dependerá de cuál se lesione, qué parte del cuerpo saldrá afectada.

"La cabeza es una caja cerrada, no tiene para dónde expandirse. Si algo se rompe y entra líquido aprieta estructuras y lastima", explica Camejo. La sangre también daña por sí misma porque produce ácido; parte de lo derramado se reabsorbe pero destruye fibras y estructuras a su paso.

¿Cómo prevenirlo? Evitando los factores de riesgo: no fumar. o dejar de hacerlo; controlar el colesterol y la hipertensión arterial -causa de los ACV de Graciela- a través de la alimentación, el ejercicio y los medicamentos, controlar la diabetes y hacer al menos 30 minutos de ejercicio al día, entre otras medidas saludables.

Para Fojgiel es importante estar "muy atento" porque los ACV pueden aparecen en niños, bebés o personas mayores. "Cualquiera está expuesto", aclara. Los argentinos Gustavo Cerati (músico), Carlos Calvo (actor) y Verónica Perdomo (participante de Bailando por un Sueño) son muestra de ello.

De todas formas, existen "picos" de edad. La mayoría de los ataques se producen entre los 60 y los 80 años, y se ven más en hombres que en las mujeres. Algunos pacientes no llegan a hacer un ACV pero hacen un "accidente isquémico transitorio". Sienten mareo, disminución en la fuerza de los miembros, pero después mejoran.

"Es porque la arteria se tapó y se destapó. Eso es una urgencia. Es como el preinfarto de corazón, enfatiza Camejo, quien cuenta con orgullo que la del Clínicas es la única Unidad de Ataque Cerebrovascular constituida como tal en el país.

El debe del país, cuenta, es la rehabilitación. Cuando las personas no tienen el espíritu de Graciela ni una familia que los contenga, la recuperación se hace cuesta arriba. Es otro de los temas sobre los que se busca concientizar con iniciativas como el día mundial del ACV.

Reconocer síntomas y reaccionar
Integrantes de la Unidad de Ataque Cerebrovascular del Hospital de Clínicas y la Sociedad de Neurología del Uruguay realizan gestiones para establecer para todos los centros de salud un "Código ACV". Con el objetivo de minimizar la demora y ampliar la formación en este tipo de ataques, los médicos de emergencias y ambulancias contarían con una lista de los síntomas más frecuentes de ataque cerebrovascular. Identificado el ACV se comunicarían con su centro de salud para recibir al paciente y realizarle una tomografía en el menor tiempo posible. El estudio de imagen es lo que permite al médico confirmar o descartar el ataque y activar las medidas de tratamiento más adecuadas. Algunas veces el ataque demanda la coordinación con otros especialistas; contar con un código ACV podría favorecer la coordinación, según sus impulsoras.

Las cifras
2.863
Uruguayos fallecieron por un ataque cerebrovascular en el transcurso de un año; la mayoría fueron hombres.

15
Millones de personas a nivel mundial sufrirán un ataque cerebral en el transcurso del año; se trata de uno por segundo.

6
Millones de afectados por un ataque cerebrovascular en el mundo no lograrán sobrevivir después del trastorno.

El País Digital

No hay comentarios:

Publicar un comentario