LETICIA COSTA DELGADO
Si usted está reunido con 6 personas, hay una de ellas que sufrirá un ataque cerebrovascular en su vida. Una arteria del cerebro se romperá o será obstruida y tiene un 50% de probabilidades de dejarle secuelas. La buena noticia es que puede evitarlo.
El estereotipo de la mujer desvalida, en camisón, viendo la vida pasar a su lado no le sienta bien. "Hola querida", "hola m`hijo", dice saludando con un beso a los recién llegados. "Ellos son los que la querían entrevistar", anuncia Claudia Camejo, coordinadora de la Unidad de Ataque Cerebrovascular que funciona en el piso 2.
"Ah, bárbaro", responde sonriendo y sale caminando hacia la sala donde compartirá su experiencia. La aclaración de que sale caminando no sería necesaria si esta mujer serena, cuya estatura no alcanza el metro sesenta, no hubiera llegado a la emergencia hace solo 30 días sin poder mover sus piernas.
"Me afectó las dos piernas y el brazo. Estaba desayunando y se me caía todo de la boca. Ahí dije `tá, otra vez` y enseguidita salí para la emergencia", cuenta con calma rememorando el quinto ataque cerebrovascular (ACV) de su vida.
Un ACV se produce cuando el flujo de sangre hacia una parte del cerebro se detiene. Esto puede suceder por dos causas: porque una arteria se obstruya (infarto cerebral) o porque se rompa (hemorragia). A Graciela le han dado de los dos tipos.
El primero la sorprendió mientras dormía, hace 23 años. "Empecé a sentir mucho dolor de cabeza, se me desvió la cara y perdí la fuerza de la pierna y el brazo derecho", recuerda. Por entonces tenía 30 años y vivía con su esposo y sus dos hijos. No tenía idea de qué le pasaba.
Para que no haya personas que no puedan identificar los síntomas o desconozcan cómo prevenirlo es que mañana se conmemora en todo el mundo el Día Mundial de Prevención del Ataque Cerebral.
Durante los 15 minutos que duró la charla con Graciela, 150 personas murieron por ACV en el mundo. De forma silenciosa, subestimado por muchos y sin que gran parte de la población lo vea realmente como un problema, los ACV se cobran una vida cada seis segundos.